Durante unos días, a la misma hora, fotografié las sombras que un ramo de rosas proyectaba en la pared de baldosas blancas iluminadas por la luz solar. Instantes fugaces como la efímera flor, cargados de matices, reflejos, distorsiones únicas e irrepetibles. Imágenes huidizas, imaginativas y evolutivas.
La reflexión sobre la temporalidad de la sombra proyectada de una flor efímera me conduzco al concepto creativo. Y la narrativa fotográfica tomó vida a través de las imágenes capturadas sin concesiones en el más puro blanco y negro de una sombra, como resumen de todos los colores.
En contraposición a la rapidez en el momento de capturar las imágenes, decidí que la zona oscura, plácida, tranquila de mi laboratorio sería un buen lugar para iniciar un viaje fotográfico creativo donde experimentar. El trabajo pausado, constante y reflexivo me condujo a seleccionar como soporte de los veinte cuatro originales de la exposición, el papel de barbas de ph neutro, hecho a mano por el Museu Moli Paperer de Capellades empleado la técnica de hace 800 años, con fibras naturales de algodón y lino con la Cruz de Malta y, naturalmente, la elección del soporte me llevo a emulsionarlos, con gelatina de plata mate, yo mismo. Las largas horas pasadas en el laboratorio desemboco en el dominio de dicha técnica fotográfica y eso me ofreció un amplio abanico de posibilidades en futuros proyectos.
Resumen del texto de la exposición “Roses” de Josep Bou. Inaugurada el 1999 en el Espai Beethoven de Barcelona.