Un código es el conjunto unitario, ordenado y sistematizado de las normas. En la teoría de la comunicación, el código es el conjunto que puede ser entendido por el emisor y el receptor. El código que he usado en este texto, por ejemplo, es la lengua española. La codificación es el método que permite que un carácter o la suma de varios se transforme en un símbolo de representación que nos conduce hacia un mundo menos libre y, contradictoriamente, más comunicativo, puesto que los alfabetos y escrituras del mundo dejan de ser imprescindibles ante las nuevas normas de transmisión que tienen como objetivo alienarnos e inducirnos, ordenadamente y en beneficio de lo común, en determinadas conductas.
Mayoritariamente todo sucede en las ciudades, núcleos de orden económico ansiosos de acotar y capturar cualquier espacio libre donde el ciudadano pueda deambular. Con el fin de salvaguardarnos de nosotros mismos, día a día la voracidad del monstruo devora y alcanza todos los rincones de nuestras urbes, y mediante una pésima copia de Mondrian codifica absolutamente el suelo, y este suelo que en sus orígenes fue nuestra tierra pasa a ser tierra codificada.
“Terres codificats” es un homenaje a nuestra capacidad interpretativa de este universo de señales cambiantes y a veces yuxtapuestas emitidas en formas y colores diversos. Ésta es una muestra de los orígenes donde la habilidad en identificar los auténticos caminos de la evolución nos condujeron a la transformación de las sociedades primitivas, cazadoras y recolectoras en rurales y, posteriormente, en urbanas estructuradas en sistemas de identificación de los espacios globales por cadenas de caracteres y símbolos.
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Resumen del texto de la exposición “Terres codificats” de Josep Bou. Inaugurada el 2011 en la Galeria H2o de Barcelona.